Finalización de la investigación sobre las necesidades y los retos a los que se enfrentan las escuelas para establecer la gestión de los desperdicios alimentarios

Durante los meses de mayo y agosto de 2022, los 8 socios del proyecto de cooperación escolar Erasmus+: «Un método innovador de la gestión del desperdicio de alimentos para educar a los jóvenes sobre el valor de los alimentos y la reducción del desperdicio – ZERO WASTE», llevaron a cabo una investigación con el fin de elaborar un informe resumiendo la bibliografía existente sobre las necesidades y los retos a los que se enfrentan los centros escolares a la hora de tratar y gestionar el desperdicio de alimentos (PR 1).

 

La investigación representó el punto de partida de nuestro proyecto y tenía como objetivo definir la base de conocimientos sobre la que se va a construir todo el proyecto; además de identificar la bibliografía existente sobre las necesidades y los retos que tienen los profesores y los alumnos a la hora de hacer frente a los residuos alimentarios, la investigación también tenía como objetivo descubrir cómo podemos mejorar y desarrollar los materiales que ya tienen disponibles tanto profesores como alumnos; pero lo más importante era averiguar cómo podemos diseñar nuevos materiales (recursos, herramientas e instrumentos) para satisfacer las principales necesidades que tienen los educadores y los alumnos en el ámbito de la gestión de los residuos alimentarios. Los socios representantes de los 7 países que participan en el proyecto realizaron no sólo una investigación documental, sino también una investigación de campo basada en un cuestionario estructurado. Su finalidad era recoger datos directamente del principal grupo objetivo del proyecto: los profesores y los alumnos de la ESO.

 

En cuanto al primer tipo de investigación (la investigación documental), todos los socios realizaron un análisis en profundidad de la documentación existente sobre el tema en cuestión. Se consultaron leyes, normativas nacionales vigentes, estrategias, metodologías, puntos de vista relevantes de especialistas en gestión de residuos alimentarios, informes y bases de datos en línea y ejemplos de buenas prácticas. En cuanto a la investigación de campo, el cuestionario estructurado se aplicó a un mínimo de 25 alumnos y 15 profesores por país. La información obtenida mediante los dos tipos de investigación se introdujo en un informe nacional elaborado por cada país participante.

 

Los resultados de la investigación han llevado a la siguiente conclusión: aunque a nivel europeo existen documentos y reglamentos que pretenden orientar las acciones en la lucha contra el desperdicio de alimentos y existe interés y preocupación por reducirlo, las acciones llevadas a cabo a nivel nacional son insuficientes en todos los países participantes. Existe una importante falta de conocimiento sobre la gestión del desperdicio de alimentos y de sus características en la educación secundaria, y la concienciación sobre la gestión del desperdicio de alimentos depende de las iniciativas que tomen los directores de los centros y los profesores para incluir presentaciones o material audiovisual relevante en sus clases. En la mayoría de los países participantes, no parece haber ningún programa de aprendizaje oficial dedicado al desperdicio de alimentos y su prevención.

 

Los escasos resultados de los proyectos locales o regionales iniciados por las ONG, escuelas o entidades privadas dejan sin duda mucho espacio para acciones más prácticas, más concretas y una mejor colaboración entre todos los responsables de este ámbito.  Un elemento esencial para lograr el objetivo de combatir el desperdicio de alimentos en la escuela sería asegurar que la lucha contra el desperdicio de alimentos se integre en el plan de estudios de los estudiantes como parte de una verdadera educación sobre sostenibilidad y respeto hacia el medio ambiente; proporcionando también a los profesores recursos de formación para utilizar en sus clases.

 

Otro aspecto sumamente importante conocido a partir de nuestra investigación es que estos recursos se deben adaptar a las necesidades y particularidades del grupo objetivo. Por ejemplo, la metodología utilizada durante las diferentes actividades debe estar basada en la situación actual, aprovechando los avances de la tecnología, de las habilidades digitales de los alumnos y del interés por este fascinante mundo de internet y de la comunicación en las redes sociales. Los juegos educativos, las plataformas interactivas en línea, las aplicaciones que funcionan en diferentes dispositivos inteligentes deben estar disponibles tanto para los estudiantes como para los profesores si queremos un impacto mayor y más eficiente de los programas/proyectos/campañas que combaten el desperdicio de alimentos.

 

Tras la investigación colectiva, las instituciones participantes en nuestra asociación desarrollarán el material educativo para un curso de formación dirigido a los profesores, que representa la siguiente fase de nuestro proyecto. Toda la valiosa información que se ha recogido en el PR 1 se utilizará en el curso de formación que dará a los profesores las competencias que les permitirán incorporar las actitudes y conocimientos relacionados con la gestión de los residuos alimentarios y trasladar estos conocimientos a sus alumnos.

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